La
belleza a lo largo de la historia ha sido un concepto definido de diversas
formas, y a la vez divido en varios aspectos para poder clasificarlo en diferentes
áreas o categorías en las cuales lo bello se puede encontrar, W. Tatarkiewicz
dice que: «Los intentos de catalogar las variedades de la belleza no han cesado
en nuestra propia época». (p.186)
El
concepto de belleza debió pasar por varios cambios para lograr ser lo que hoy en
día es, debemos entender que en un principio cuando surgió esta palabra, los
griegos la usaban en distintas situaciones, en otras palabras, «el concepto
griego de belleza era más amplio que el nuestro, y comprendía no sólo las cosas
bellas, figuras, colores y sonidos, sino también los pensamientos y costumbres
bellas», (p.154) esto quiere decir, que no solo definían aspectos externos y
visibles, ya que a la vez se centraban en cualidades internas de la persona,
como por ejemplo lo moral y lo ético.
Por
otro lado, se encuentran los sofistas, quienes le dieron a la belleza la
definición de ser «lo que resulta agradable a la vista o al oído». (p. 154) Los
estoicos por su parte la definen como «aquello que
posee una proporción apropiada y un color atractivo».
(p.154) Lo que sucede con estas dos definiciones es que son muy limitadas para
un concepto que abarca varias aristas y pareciera ser ilimitado, aunque si
juntamos estos dos enunciados podemos acercarnos más a lo que hoy entendemos
por belleza.
Para
Tomás de Aquino existen dos diferenciaciones importantes entre definición y
teoría, «la primera intenta decirnos cómo reconocer la belleza, la segunda,
cómo explicarla.» (p.156) Una vez clara esta
distinción podemos entender la gran teoría, la cual se inició con los
pitagóricos, para ellos la belleza estaba constituida por proporción, orden,
armonía y simetría, es decir, por aspectos numéricos que den cuenta de
perfección, ya que gracias a los números todo pareciera ser bello; en esto
mismo se apoyó Platón, para él «la fealdad es la
carencia de medida». (p.158) De igual forma lo
creyó Aristóteles mencionando que: «la belleza consiste en una magnitud y
disposición ordenadas», y que las principales formas de la belleza son «el
orden, la proporción y la precisión». (p.158) El declive de la teoría tuvo
lugar en el siglo XVIII, cuando se empezó a enfocar la belleza de un modo
diferente. (p.160)
Luego
de estos existieron diversas concepciones sobre lo que es belleza, ya que para
algunos que algo sea simétrico, no era necesariamente bello, también existieron
conflictos, donde se preguntaban, si lo bello estaba en el objeto o en la
persona que lo apreciaba, otras interrogantes como si lo imperfecto puede ser
bello, por ejemplo: «los románticos llegaron
incluso más lejos, afirmando que la belleza consiste realmente en la ausencia
de regularidad, en la vitalidad, lo pintoresco y la plenitud, así como en la
expresión de las emociones, que tienen poco que ver con la proporción.» (p.170) Lo cierto es que este concepto es cambiante,
ya que cada vez existen nuevas preguntas, las cuales muchas veces tiene
distintas respuestas.
En
lo que respecta a belleza es un concepto complicado, ya que hoy en día no
reside tan solo en los números, orden, colores o formas, sino va más allá, ya
que este no solo se enfoca en el objeto, sino que también es una condición
dentro de cada uno de nosotros que está influenciado por nuestra cultura o
sociedad. En fin, esta palabra no dejará de cambiar y cada vez será razón de
nuevas teorías e hipótesis, pero respecto a todo lo antes mencionado, para mí
la belleza es un concepto que está constituido, ya sea por el objeto, como por la
persona que lo aprecia, así lo plantea la filosofía de lo sofista y personalmente creo que es una teoría bien acertada: «La belleza
es ciertamente subjetiva, pues no todo el mundo considera que son bellas las
mismas cosas.» (p.233)
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